Días pasan, días empiezan, días terminan. Todo ocurre en segundos, en varias horas, incluso en años. Lo que está predefinido es inevitable, sin embargo, no todo está perdido… solo el tiempo.
El tiempo es nuestro puñal en la espalda, que día tras día se entierra más, y solo nos damos cuenta de su presencia cuando cumplimos años o cuando llega el año nuevo. Es inevitable. ¿Qué debo hacer para no sentir tanto dolor? Lo que hago cada año: evolucionar. Si no avanzamos mentalmente en algo, todo queda perdido. Intento usar el tiempo a mi favor, intento ser productivo… es complicado, difícil, incluso siento que no avanzo. No hablo en general, me refiero a mí, a yo, como el centro de esta reflexión, con la esperanza de que alguien más pueda entenderlo.
Todo tiene consecuencias, todo tiene un propósito, aunque no lo hayamos pensado. Lamentablemente, avanzar o ejecutar algo requiere engranajes que deben girar para lograr un objetivo. Lo bueno y lo malo siempre van a la par. Estoy en un proceso neutro, en ese momento en el que frenas para tomar agua en una corrida, o te detienes en un cruce de trenes… solo que esta vez, el tren es demasiado largo.
Me acomodo en la espera, estiro mis brazos, ajusto mis zapatillas para seguir corriendo cuando termine de cruzar el tren. En ese instante pienso: ¿Está bien lo que hago? ¿Es correcto avanzar de esta forma? ¿Es lo que quiero en la vida? Muchas interrogantes, mezcladas con sueño y emociones que solo se reflejan en lo inconsciente, ya sea dentro de un sueño o en esta pausa mientras el tren pasa. Un estado neutral. Estás al otro lado del cruce, el tren sigue pasando y sabes que terminará… y que debes avanzar.
¿Por qué tengo que avanzar? La interrogante aparece. Me devuelvo, miro atrás y no hay nadie presionándome. Soy yo mismo quien lo hace. ¿Por qué? Tomo aire y digo: “Es parte de la vida, hay que continuar el camino.”
No… no quiero. Se acumulan autos detrás, gente pasa a mi lado, como si fuera una bandera más en la carrera.
Siento la cuchilla del tiempo en mi ser, la necesidad de avanzar… pero no hacia adelante, sino mirar lo que he recorrido, analizar si este es el camino correcto o si debo adaptarlo. El tiempo corre sin importarle nada. No le interesa en qué estado te encuentras o si necesitas ayuda. El tiempo pasa igual, de la misma forma en que lo hace un cruce en una ciudad muy transitada.
No lo hace para que reacciones y digas: “Debo seguir”. No. Al tiempo le da igual tu existencia. Considero que la vida es una dentro de una bolsa llena de vidas distintas. ¿Qué hacemos con nuestra vida? ¿La complementamos con otras o la vivimos en solitario?
No necesito a más personas para vivir en paz y tranquilidad. Sin embargo, cuando tienes una familia, debes ser un ejemplo de superación, de mejora continua, de evolución. Ya no hay tiempo para discusiones y esas cosas que solo refuerzan la idea de que la soledad muchas veces es más fácil de controlar.
No debemos rendirnos ante la presión del tiempo ni ante la presión de otras vidas. Debemos hacer el camino correcto, sin piedras ni ramas que interrumpan el crecimiento de los más pequeños. Quiero que mis hijos sean claros con sus objetivos, que entiendan que la vida es compleja y que no es solo vivir el momento y esperar otro día igual. No se trata de ver pasar los días hasta el viernes para hacer menos.
Cada día debe ser el mejor, incluso cuando estés estudiando o trabajando. Yo le doy el mismo valor a todos los días. Mi problema es que lo veo en soledad, algo que el “común” suele tratar con compañía.
El tiempo corre. La pausa es importante. El estado neutral es necesario. No solo en año nuevo o cuando cumples años, sino todos los días.
Veo cómo termina el día y, al hacerlo, evoluciono.
Mi vida es un solo día. Vivo muchas vidas… y sueños importantes. ¿Qué haría sin los sueños? Nada.
Pero bueno, este fue mi pensamiento de hoy. Algo neutral.
MyUsagi ❤️
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